Radiografía financiera: ¿cómo te ayuda a conocerte mejor?
Cuando tienes un malestar, lo más común es que acudas al médico para entender qué tienes. Lo mismo sería para tener una buena salud financiera, ¿no crees? Hoy aprenderás todo lo que necesitas saber para hacer tu propia radiografía financiera, una herramienta que te ayudará a reducir tu estrés y mejorar tu relación con el dinero.
¿Qué es una radiografía financiera?
Para estar bien, primero necesitas saber en qué estás mal. Una radiografía financiera es ese mapa que te ayuda a saber qué cambios debes hacer en tu vida financiera para recuperar tu bienestar. Si algo te preocupa o te causa angustia, hacer este ejercicio puede ayudarte a encontrar soluciones que te den más tranquilidad.
¿Para qué sirve hacer una radiografía de tu vida financiera?
Te ayuda a tener un diagnóstico de tu situación financiera actual
Por ejemplo, saber en dónde se encuentra tu dinero. Identificar de dónde obtienes tus ingresos, tus gastos fijos e incluso saber si tienes gastos hormiga es esencial para conocer tu comportamiento financiero. Y esa información puedes obtenerla con ayuda de tu radiografía financiera.
Te permite organizar y tomar el control de tus finanzas
Una vez que ya sabes en qué gastas y de dónde viene tu dinero, puedes darte cuenta si le estás dando el uso que deseas. Así, tú decides qué es lo que necesitas hacer para conseguir tus metas financieras.
Es una brújula para planificar a futuro
Con ayuda de tu radiografía financiera es posible crear nuevos hábitos con tu dinero. Es una herramienta que sirve de apoyo al elegir entre distintas opciones, junto con el costo de oportunidad.
¿Cómo elaborar una radiografía financiera?
¿Te animas a descubrir tu situación financiera actual? Es muy sencillo, únicamente necesitas conocer dos cosas: tus activos y tus pasivos financieros.
- Activos: todo aquello que aporta valor a tus finanzas, es decir, que pueda convertirse en dinero.
- Pasivos: todo aquello que resta valor a tus finanzas, o sea, cosas que necesitas pagar.
Para este ejercicio tú puedes elegir hacerlo donde más te acomodes: en una hoja de papel o en un documento digital.
Paso 1: anota todos tus activos
Primero, escribe en una columna todo aquello que consideres como tus activos financieros: tus ahorros, algún ingreso extra, una casa, un auto, una inversión… cualquier cosa que pueda traerte dinero. Aquí incluso puedes dividir tus activos en dos categorías más: activos líquidos y activos con potencial.
- Activos líquidos: todo aquello donde tu dinero esté listo para usarse en el corto plazo, prácticamente de inmediato. Tus ahorros son el ejemplo perfecto para esta categoría.
- Activos con potencial: aquellos que necesitas vender para poder transformarlos en dinero. Por ejemplo una propiedad, un auto, muebles, dispositivos electrónicos, vestimenta, etc.
Paso 2: anota todos tus pasivos
Posteriormente, haz lo mismo, pero con los pasivos, por ejemplo: si aún sigues pagando tu celular, si tienes una deuda pendiente, todo aquello que te haga desembolsar dinero. También puedes dividir tus pasivos en dos categorías para tener una radiografía financiera más completa:
- Pasivos a corto plazo: aquellas deudas y pendientes que debes pagar en menos de un año. Por ejemplo, tu tarjeta de crédito.
- Pasivos a largo plazo: todo lo demás que debas pagar por más de un año, como la hipoteca de una casa, un crédito automotriz, un préstamo a 5 años, etc.
Recuerda anotar el valor de cada uno de tus activos y pasivos.
Paso 3: ahora, haz las cuentas
Una vez que tengas tu lista de activos y pasivos junto con el valor de cada uno, el último paso es hacer una suma de todos tus activos y otra suma de todos tus pasivos. Luego, restas el monto total de tus activos menos el total de tus pasivos y el resultado final es tu patrimonio actual.
¿Qué te dice tu radiografía financiera? Si el resultado es un número positivo, quiere decir que actualmente gozas de buena salud financiera. Si la diferencia entre tus activos y tus pasivos es mínima, entonces tienes una gran oportunidad de hacer ajustes para que mejores tu situación. Y si el resultado fue un número negativo, entonces hay mucho que puedes hacer para progresar y recuperar tu tranquilidad financiera.
¿Cómo puedes mejorar tu salud financiera?
Ahora que ya conoces el estado actual de tus finanzas, es momento de hacer los ajustes para que puedas mejorar tu situación.
- Reduce gastos: encuentra maneras de recortar aquellos gastos hormiga que se están comiendo tu dinero sin que te des cuenta.
- Arma un presupuesto: saber de dónde viene tu dinero y a dónde va es fundamental para que puedas recuperar el control de tus finanzas.
- Encuentra maneras de incrementar tus ingresos: una fuente para ganar dinero extra, diversificar en ingresos pasivos u optar por estrategias más innovadoras como los ingresos hormiga puede ayudarte a hacer que tu patrimonio crezca con el tiempo.
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